Todos queremos conseguir el éxito, desde que somos pequeños queremos conseguir más comida, más juguetes, más amigos, más amor de mamá, más y más de todo. Soñamos con alcanzar metas, con cumplir nuestros sueños, es decir, nacemos con una ambición. ¿Pero qué tiene que ver el éxito y la ambición?
Pues mucho más de lo que te imaginas, por eso primero voy a definir lo que es ambición y más adelante veremos que es éxito.
Es cierto decir que en esta época en la que vivimos y en nuestra cultura, tenemos miedo a ser ambiciosos, esta tendencia es mal vista y se utiliza el mal sentido de la palabra, creemos que las personas ambiciosas son egocéntricas, egoístas e incluso malas, pero no tiene por qué ser así. Todo depende de la intención y de la moral que cada persona posea, al igual que puede tener ambición para gobernar a los demás e imponer un criterio propio, se puede tener ambición para erradicar la pobreza en el mundo.
La ambición es un don que nos ha dado la naturaleza y hay que saber aprovecharlo, en su esencia es la capacidad de querer cumplir un objetivo difícil de alcanzar, ya que si fuera fácil no habría motivación. Así que podemos decir que cuanto más complicada sea la meta que queremos alcanzar más motivados estaremos para realizarla y más satisfacción obtendremos al haberla logrado.
Y en este punto es donde se une la ambición con el éxito, pero ¿Qué entendemos por éxito? Ganar mucho dinero, facturar más que la competencia, tener una gran cartera de cliente, sé que pensáis que esta es la respuesta, pero no, esto solo son consecuencias que obtienen las personas con éxito.
Entonces si el éxito no es ser millonario ¿Qué es? Pues muy fácil satisfacción, así de sencillo, una persona que tenga éxito en cualquier ámbito de su vida es una persona satisfecha, que se siente realizada con lo que hace y consigo misma, aunque parezca la cosa más fácil del mundo, solo la minoría de los trabajadores se sienten realizados en sus puestos laborales.
Por ese motivo te voy a dar las claves para obtener el éxito y empezar a ver cambios no solo en tu negocio, sino en tu vida personal.
Diferenciar entre talento y habilidades
Este punto es muy importante, ya que la mayoría de las personas suele confundirlas. Los talentos o fortalezas son innatas, nacemos con ellos y en cada persona son diferentes, son las cosas que sin mucho esfuerzo se nos dan bien, en cambio las habilidades son adquiridas por medio de la enseñanza y de la práctica. Tenemos que tener claro cuáles son nuestras fortalezas y trabajar desde nuestro talento, ya que cuando lo hacemos conseguimos emocionarnos y emocionar. Podemos ser habilidosos en muchas tareas, pero si estas no nos apasionan no servirá de nada.
Fortalezas y debilidades
Uno de los errores que cometemos a menudo es intentar cambiar nuestros puntos débiles, y como la palabra lo dice, son débiles, no van a cambiar ya que nadie es perfecto y la excelencia se encuentra en el equilibrio. No digo con esto que haya que olvidarse de mejorar nuestras imperfecciones, claro que hay que mejorarlas, pero es un absurdo enfocar toda nuestra energía en esto. Son nuestros puntos fuertes los que verdaderamente nos harán brillar y nos diferenciarán de los demás.
Definirse para encontrarse
Como ya hemos hablado antes, tenemos que tomar conciencia de nuestros talentos y para ellos debemos realizar un trabajo de introspección completamente individual, tenemos que conectar con nuestro yo interior, con nuestro instinto, es decir crear una identidad sólida. Solo tu sabes lo que es mejor para ti y lo que te conviene, solo cuando sepamos quienes somos, sabremos qué es lo que queremos conseguir.
Aprendizaje constante
Nadie que haya conseguido el éxito ha nacido aprendido, por este motivo tenemos que aprender a aprender y para ello hay que reconocer que no sabemos nada, y sobre todo ahora en esta era donde la tecnología toma impulso, donde cada día la información cambia y se actualiza. Nosotros no debemos ser menos y tenemos que actuar como esponjas que absorben conocimiento, reconociendo nuestra ignorancia para poder eliminarla y siempre preguntando todo lo que no sepamos, lo que nos cree dudas e incertidumbre.
Mentalidad ganadora
Tenemos que tener una actitud positiva, si nos estamos lamentando constantemente en lo que no hemos conseguido y en lo que podría haber sido, nos separamos del presente, no debemos dejar de prestar atención a los detalles del ahora por los fracasos del pasado, ya que los pequeños detalles son los que va a dictar nuestros más grandes logros. Lo más importante es ser conscientes de que nos vamos a equivocar, no intentes evitar los momentos difíciles, al contrario, aprende de ellos lo más que puedas.
Di no a la envidia
No te frustres si ves que la gente de tu alrededor consigue el éxito y tu no, tiempo al tiempo, en vez de amargarte por los logros ajenos alégrate de ellos, el éxito es infinito y nadie se lo va a llevar todo. Rodéate de gente positiva y con expectativas similares a las tuyas, ya que las personas que pones en frente tuya te potencian, sea para bien o para mal. Además, si ves que en tu equipo de trabajo hay alguien al que consideran el débil, que le cuesta o simplemente va más lento que los demás, preocúpate por ayudarlo, conviértete en maestro y haz que tu éxito y conocimiento sea compartido y de esta manera irá en aumento.
Afronta tus miedos
Muchas personas no consiguen el éxito por culpa de ellos mismos, pueden tener un producto excelente, los mejores servicios, una campaña completa y bien dirigida, pero hay algo que no los deja dar ese paso. Voy a dejar algo claro, el miedo no es un motivo para postergar, la falta de información si lo es. Es completamente normal sentir miedo, de hecho, es un indicador de que vamos por el buen camino, el miedo surge cuando estamos a punto de dar un salto hacia algo diferente, de avanzar, de cambiar de plano, por eso no podemos dejar que esto nos detenga. Utiliza el miedo como un propulsor y no como un freno.
Estas son las pautas a seguir para conseguir tener éxito, está en tus manos utilizarlas o no.