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Contabilidad financiera y contabilidad de gestión: diferencias

Tiempo de lectura: 5 minutos

Contabilidad financiera y contabilidad de gestión: diferencias
Debido a la contabilidad financiera, las empresas conocen con precisión todo lo relacionado con su actividad económica.

ÍNDICE

1. Contabilidad de gestión.

2. Ventajas.

3. Clasificación.

4. Contabilidad financiera.

5. Características.

6. Tipos de cuentas.

La contabilidad financiera es una labor de gran importancia para cualquier organización. Sin ella no se podría sistematizar la información de las actividades económicas que se realizan. Los datos generados se perderían, lo que supondría un grave problema. Para evitarlo, hay que conocer qué es la contabilidad financiera y la de gestión.


 

1. Contabilidad de gestión

La contabilidad de gestión se enfoca en proporcionar información sobre las finanzas de una empresa. Su principal función es la de apoyar la toma de decisiones, el control de los recursos y la planificación. Por tanto, los datos suministrados tienen que ser relevantes, veraces y oportunos para los directivos de la compañía.

Además, se centra en elaborar unos estados financieros destinados al uso interno, ya que su finalidad es la de facilitar la toma de decisiones. Cuando conocemos cuál es la situación económica, podemos actuar de manera efectiva y decidida. Así, no nos basamos en corazonadas o en suposiciones para dirigir el avance de las operaciones. Si actuáramos de esta forma, conseguiríamos unos resultados pobres y el riesgo de cometer errores aumentaría.

2. Ventajas

Las principales ventajas que nos ofrece la contabilidad de gestión son las siguientes:

  • Planificación efectiva y generación de presupuestos. Gracias a la información recabada, es más sencillo trazar planes. Se conocen datos detallados sobre costes e ingresos, lo que ayuda a fijar objetivos en diferentes plazos. De este modo, logramos una asignación de recursos eficiente.
  • Evaluación de la rentabilidad. Conocemos el retorno que obtenemos de cada producto, cliente o línea de negocio en marcha. Debido a esta información, podemos centrarnos en aquellas áreas que mejores perspectivas ofrecen y cerrar otras que no funcionan.
  • Coordinación. Al recurrir a una contabilidad dedicada al interior de la compañía, podemos compartir la información de manera sencilla. La consecuencia es que los empleados tendrán una visión clara tanto de los resultados como de las metas que persiguen.
  • Reducción de costes. Se identifican aquellos procesos que resultan problemáticos o deficientes. Por tanto, podemos establecer las medidas correctivas adecuadas para disminuir los gastos innecesarios.

3. Clasificación

Este tipo de contabilidad se podría clasificar en función de los diferentes aspectos que aborda y los métodos que se utilizan:

  • Contabilidad de costes. Se centra en registrar, analizar y controlar los costes, directos o indirectos, asociados a la producción de bienes y servicios.
  • Contabilidad presupuestaria. Tiene como objetivo confeccionar, seguir y controlar los presupuestos de la organización. Implica planificación, monitorización y elaboración de medidas correctoras.
  • Contabilidad estratégica: Evalúa el rendimiento y la rentabilidad de productos, clientes o cualquier otro factor que genere ingresos. Su función es la de identificar oportunidades de crecimiento.

4. Contabilidad financiera

Es un tipo gestión de la contabilidad que registra, clasifica e informa de las transacciones financieras. Se diferencia de la otra en que sus datos se destinan a usuarios externos. Es decir, los informes generados los van a consumir inversores, acreedores o el público general. Así que conviene que seamos transparentes y detallados con toda la información ofrezcamos.

5. Características

Entre las principales características, encontramos estas:

  • Objetividad. Se busca la imparcialidad al registrar y presentar la información financiera. Esto significa que los registros contables y los estados financieros deben basarse en hechos verificables y no en opiniones o juicios subjetivos.
  • Relevancia. Los usuarios externos no pueden recibir datos superfluos o de escasa utilidad. Dado que van a tomar decisiones económicas, necesitan datos como los flujos de caja, beneficios o gastos. Es decir, todos aquellos que les sirvan para alcanzar sus objetivos.
  • Fiabilidad. Se trata de reducir el impacto de los sesgos y no se permiten manipulaciones. Debe reflejarse de manera precisa y fiel la realidad económica de la compañía. Además, la información es verificable a través de auditorías y controles internos.
  • Comparabilidad. Los datos ofrecidos se presentan de manera que se permita la comparación a lo largo del tiempo y entre diferentes organizaciones. Por tanto, tenemos que utilizar principios contables estandarizados.
  • Integridad. Es otra característica importante. Si la información que damos es parcial, no será funcional y podría despertar dudas. Los usuarios llegarían a la conclusión que se han dado omisiones que dificultan la comprensión del estado de la empresa.
  • Periodicidad. Las entregas se realizan en diferentes espacios de tiempo. Un buen ejemplo son las cuentas anuales, que cubren todo un ejercicio. No obstante, es posible establecer otras franjas temporales, como es el caso de los trimestres o los semestres.

6. Tipos de cuentas

Existen diferentes tipos de cuentas relacionadas con esta gestión de la contabilidad. A continuación, nos esperan las más relevantes de todas:

  1. Cuentas de activo. Representan los recursos económicos y financieros de una empresa. Incluyen el efectivo, inventarios o propiedades, entre otros.
  2. De pasivo. Están compuestas de las deudas. Los préstamos, créditos y tanto las obligaciones a corto como a largo plazo componen esta cuenta.
  3. De capital. Engloba la inversión de los propietarios en la compañía y los resultados acumulados. Podemos encontrar el capital social, utilidades retenidas o los dividendos.
  4. De ingresos. Es lo que se genera con la venta de bienes o servicios, pero también los recursos obtenidos por el cobro de intereses.
  5. De gastos. Se trata de los gastos que conlleva la generación de los ingresos, como los salarios, alquileres o intereses que se pagan.
  6. De costes. Muestra el coste de la producción de bienes o de ofrecer un servicio. Es el caso de los materiales utilizados o los suministros (agua, electricidad, gas…).
  7. De patrimonio neto. Es una cuenta que refleja los cambios en el capital. Algunos ejemplos son las inversiones adicionales de los propietarios y resultados del ejercicio.

Una buena contabilidad financiera ayudará a la empresa a mantener su estabilidad. No obstante, no debemos olvidar qué es la contabilidad financiera y la de gestión. Cada una tiene un enfoque diferente que es necesario conocer. La primera tiene como finalidad el exterior de la organización. Mientras que la segunda se destina al consumo interno para tomar decisiones.