Saber qué es SKU afecta directamente a la gestión de un almacén. De hecho, este código está muy relacionado con el control de las mercancías y sus existencias. Gracias a su ayuda, es más sencillo obtener y proporcionar todo tipo de información. Y para comprender su importancia, nada mejor que conocerlo en detalle.
SKU es un acrónimo de stock keeping unit, un código de identificación único asignado a cada producto en un inventario. Se utiliza para llevar un registro de las existencias en un almacén o en una tienda, y también puede proporcionar información adicional (color, tamaño, fabricante, etc.).
Estos códigos, que se generan de forma automática, se suelen utilizar en la venta al por menor y la distribución de productos. De este modo, se facilita la gestión del inventario y el seguimiento de las ventas. En cuanto a su composición, se emplean tanto números como letras, por ejemplo: XSD21T-OP. Además, se encargan de identificar a la unidad de venta más pequeña y pueden usarse en servicios.
Cuando se crea un SKU, se tienen en cuenta los atributos del producto almacenado para generar un código único. Eso sí, varias unidades de la misma referencia pueden compartir el mismo número.
Una vez que hemos concretado qué es, es importante determinar para qué sirve un SKU. Su función principal es la de identificar un producto a lo largo de la cadena de producción, cuando forma parte del inventario o en una venta. En este sentido, cada artículo dispone de un código único, que se genera a partir de pequeñas variaciones, como el añadido de una letra.
Otra función del SKU es la de facilitar la trazabilidad del producto. Es decir, nos permite efectuar un seguimiento preciso, algo que, por ejemplo, agiliza las devoluciones. Por otro lado, resulta muy útil en caso de que surja un problema que justifique retirar toda una línea de artículos. Si presentaran un defecto, podríamos evitar su llegada al público con rapidez.
También permite dar información que puede ser relevante o adicional para la empresa. Un buen ejemplo son las medidas del producto, que aparecen en el código para establecer diferencias entre varios artículos. De este modo, se identifica cada uno de manera inequívoca.
Pese a que son tres tipos de códigos para identificar productos, presentan una serie de diferencias. Por este motivo, no solo basta con entender para qué sirve un SKU, hay que separarlo del resto:
El uso que se le da. El SKU tiene una finalidad interna, es decir, su utilidad es exclusiva de cada empresa. Por su parte, el EAN y el UPC afectan a todas las compañías.
Entre las ventajas que nos aporta el uso de un código SKU, podemos destacar las siguientes:
Facilita el seguimiento de la cadena de suministro: El SKU da la posibilidad de seguir los productos a lo largo de cada fase, desde el fabricante hasta el vendedor.
Existen varios consejos sobre los SKU para que podamos aprovecharlos al máximo. En primer lugar, es esencial utilizar códigos únicos para cada producto, lo que evita confusiones y errores. Por suerte, al poder automatizar su creación y asignación, el riesgo de aparición de este problema es mínimo.
Por otro lado, se recomienda no usar ni caracteres especiales ni espacios para confeccionar el código. Sí es posible emplear guiones o puntos, aunque las letras y números nos dan suficientes opciones. De esta forma, se facilita la lectura del SKU y su integración en una base de datos.
Además, la composición ha de ser sencilla para facilitar su recuerdo. Por regla general, los cortos son más fáciles de memorizar y contienen menos errores. Así, cuando llegue el momento de la revisión, no tendremos problemas significativos. Sin duda, este es uno de los consejos sobre SKU más importantes.
Saber qué es SKU es el primer paso para aprovechar al máximo este tipo de códigos. Gracias a ellos, nuestros productos serán fáciles de identificar desde el momento de su producción hasta la venta. Al utilizarlos, ganamos en eficiencia y reducimos el número de confusiones en las tareas de gestión.