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Tasas de inflación: ¿cómo afecta a las empresas?

Tiempo de lectura: 5 minutos

Artículo sobre cómo las asas de inflación afectan a las empresas
Las tasas de inflación elevadas restan poder adquisitivo a los consumidores y esto provoca que demanden menos productos a las empresas.

ÍNDICE

1. Tasas de inflación y su efecto en las empresas.

1.1. Dificulta su liquidez.

1.2. Limita sus márgenes.

1.3. Provoca más competencia en la captación de clientes.

1.4. Les impide repercutir las subidas a riesgo de alimentar la inflación.

Las tasas de inflación ya venían creciendo desde mayo de 2021. Sin embargo, según el Instituto Nacional de Estadística, el pasado mes de julio alcanzaron una cifra del 10,8 %. No se veían en España desde hace más de 30 años. Si bien en los últimos meses se ha moderado, la inflación perjudica tanto a particulares como a negocios. Vamos a ver cómo afecta a estos últimos.


 

1. Tasas de inflación y su efecto en las empresas

La inflación es un aumento generalizado de los precios que provoca la reducción del valor de una moneda. A su vez, esto ocasiona que, con ella, se puedan adquirir menos productos. Por lo general, sucede por un desequilibrio entre la oferta y la demanda, pero el aumento actual de su tasa tiene sus propias razones.

Buena parte de culpa de la inflación de 2023 la tiene la pandemia que hemos sufrido. Al paralizar la fabricación, disminuyeron las existencias de toda clase de manufacturas. Una vez remontada la economía, se demandaron esos productos que eran escasos y esto aumentó su precio.

Otra de las causas generales del crecimiento de la inflación ha sido la guerra en Ucrania, que ha afectado al suministro de petróleo y de otros bienes. Pero, concretando más, los motivos que la han provocado son los siguientes:

  • Subida de precios del petróleo y del gas. Justamente, el citado conflicto bélico ha propiciado que Rusia disminuyera el suministro de estas materias primas a la Unión Europea. Como es el tercer productor del mundo, ha provocado una subida de los precios de estas sustancias y de sus derivados, como la gasolina y el gasóleo. A su vez, estos se usan para el transporte de mercancías. Por tanto, su mayor coste se ha repercutido en ellas.
  • Subida de los precios mayoristas de la electricidad. El mayor coste del petróleo y del gas también ha ocasionado una subida de los costes de la electricidad.
  • Encarecimiento de los derechos de emisión de CO₂. El Consejo de Europa declaró su intención de reducir la emisión de gases de efecto invernadero hasta el 55 % en 2030. Para ello, entre 2020 y 2021 duplicó el coste de los derechos de emisión de CO₂ a la atmósfera.
  • Subida del precio de los alimentos. Ucrania es uno de los grandes exportadores de grano del mundo. Al iniciarse la guerra en su territorio, descendió la producción de este artículo, básico en la alimentación mundial. Con ello, se incrementó mucho su precio. De hecho, tras la invasión rusa en febrero de 2022, subió un 17,9 %, según el índice de precios para los cereales que publica la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
  • Subida de los tipos de interés. Para frenar la tasa de inflación creciente, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos subieron los tipos de interés. Esto ha derivado en un aumento del coste de las hipotecas, pero también de los créditos que contratan las empresas. Por tanto, estas lo han repercutido en los precios de los productos o servicios que ofrecen.

Todo lo anterior ha provocado una tasa de inflación inédita desde hace décadas, aunque en los últimos meses se ha moderado un poco. Según el Instituto Nacional de Estadística, el pasado mes de abril de 2023 la inflación se situó en el 4,1 %. Sin embargo, una inflación elevada perjudica mucho a empresas y comercios de distintas formas. Vamos a verlas.

1.1. Dificulta su liquidez

La subida de precios favorece que se contraiga la demanda de productos. Por tanto, las empresas venden menos. Para tener más pedidos, pueden rebajar los precios para seguir disponiendo de ingresos y, con ello, tener liquidez. Sin embargo, esto es una solución a corto plazo. A medio y largo, la bajada de precios puede causar daños al propio negocio e incluso a todo el sector. La razón es que podrían llegar a vender con pérdidas.

Otra fuente de liquidez para las entidades empresariales son los préstamos bancarios. Pero, al subir los tipos de interés, esos créditos les salen más caros y tampoco pueden recurrir demasiado a ellos. Por todo esto, la inflación dificulta la liquidez de las empresas que, en su máximo grado, conduce al fondo de maniobra negativo.

1.2. Limita sus márgenes

El aumento de la inflación también da lugar a que los costes de los negocios aumenten. Esto se aprecia en todos los gastos que tienen. Por ejemplo, en los alquileres o en la compra de bienes. Igualmente, se evidencia en suministros como la electricidad y en la compra de materias primas que necesitan para fabricar o vender sus productos.

Por otra parte, al ser menor la demanda, tampoco puede repercutir ese aumento de costes en sus precios de venta. Todo ello reduce sus márgenes de beneficio. Esto es lo que se conoce en economía como «impuesto oculto», puesto que hace descender la liquidez y la capacidad de inversión de los negocios.

1.3. Provoca más competencia en la captación de clientes

Como se ha visto, una de las principales consecuencias de la tasa de inflación elevada es la reducción de la demanda. Al subir los precios, el consumidor se retrae al comprar por miedo y porque tiene menos liquidez. Fruto de ello, las empresas deben competir para hacerse con los pocos clientes que todavía compran. En consecuencia, deben gastar más en publicidad y marketing.

1.4. Les impide repercutir las subidas a riesgo de alimentar la inflación

Se puede pensar que, para disminuir el impacto de las tasas de inflación altas, las empresas solo tendrían que subir los precios de lo que venden. Sin embargo, esto no puede hacerse de forma matemática porque retroalimentaría la propia inflación, que subiría aún más.

En definitiva, las tasas de inflación ponen en riesgo la estabilidad de las empresas. Reduce sus márgenes de beneficios y dificulta su liquidez. Por eso, deben ser cuidadosas y reorganizar su economía para adaptarla a la nueva situación.